Sobre mi abuela, el ajo cocío y la tradición gastronómica de Arahal en tiempos de penurias


Sobre mi abuela, el ajo cocío y la tradición gastronómica de Arahal en tiempos de penurias

 

La cocina es cultura porque es tradición. Así lo entendí desde el día que hice mi primera receta. Recuerdo los serranitos que me preparaba mi abuela, Carmen Carreño Mejias, a la que dedico esta entrada. Hoy tienen 88 años y sabiduría para montar un banco, pero lo que más me gusta es que sigue siendo una mujer luchadora, entrañable y muy buena cocinera.

Mi abuela Carmen cocina como se hacia en las épocas de muchas carencias, cuando el aceite de oliva virgen, fuerte, recién salido de los molinos, no se le daba el valor de hoy y su precio era mucho más que razonable. Con una botella, un poco de pan y unas verduras, era capaz de dar de comer a toda la familia numerosa. Ejemplo es su receta de ajo cocío, originaria de Arahal, muy poco conocida. Es un plato para sustentar largas horas de trabajo, una de las recetas que incluirá un proyecto que tenemos entre manos con la colaboración de Claudio Ramírez, para las fotografías y vídeos, y la de Carmen González, en la redacción, ambos siempre dispuestos a contar historias a través de palabras e imágenes.

La tarde que dedicamos a elaborar las recetas y recoger sus testimonios basados en recuerdos es como la clase de cualquier máster intenso en gastronomía. En una minúscula cocina nos movemos al antojo de sus quehaceres. Esta mujer es como un libro en cada paso y palabra que emplea.

Por ejemplo, ¿sabes qué significa ripiar? Pues es limpiar en profundidad. Mi abuela para el ajo cocío tiene que «ripiar» bien los pimientos colorados después de hervirlos. Lo hace con tanta intensidad, a pesar de la artritis de sus manos y el poco aguante de sus piernas, que no queda atrás ni una sola hebra de hilo de los pimientos cocidos previamente. Sus manos cogen del cazo los pimientos sin sentir el calor, muchos años de experiencia han endurecido sus manos.

Pero mi abuela forma parte de un grupo de personas que poco a poco nos van enseñando receta de antaño, técnicas de cocina, instrumentos que se utilizaban antes en Arahal. Y, sobre todo, trucos sobre productos que en tiempos de penurias engañaban a la economía familiar a la vez que alimentaban a muchos estómagos.

Es un recorrido por la historia de la gastronomía de un pueblo, eminentemente agrícola, en el que el aceite y la aceituna han sido protagonistas pero también otros productos que iremos conociendo paso a paso, plato a plato.

 

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